Las hay que superan el medio siglo de vida y las que solo cuentan con unos meses. Algunas cobran hasta 20.000 euros por subirse a un escenario y otras apenas consiguen llevar a sus integrantes hasta fin de mes. Tienen sus propios clubes de fans, sus específicas páginas web y, si tienen suerte, un nombre, el que determinará finalmente cantidad de trabajo y caché a percibir. Las orquestas siguen siendo el recurso que no puede faltar en una fiesta que se precie y en Galicia hay muchos miles de fiestas y muchos cientos de orquestas, pero no todas están haciendo este año su agosto. La crisis llega a todos los ámbitos, pero lo cierto es que, en este terreno, parece que el principal daño lo está haciendo el cambio de gustos del público, menos volcado en la música y más en el espectáculo.
Así lo afirma Alberto Bellón, el cantante y promotor de una de las últimas formaciones en nacer, Aguazul, una orquesta con raíces en Narón y que este año ha comenzado a trabajar. Según él este primer verano está siendo fastidiado debido, entre otras cosas, a que el público ahora se inclina hacia propuestas que no tienen nada que ver con lo musical. Así, asegura hoy en día, olvidándonos de los músicos, que es triste, la gente quiere ver naves espaciales, ascensores, espectáculo, y cantando gente cacharrona y de buen tipo aunque solo griten.
Modo de vida > A pesar de estas críticas, Bellón no se arrepiente sin embargo de haber iniciado este proyecto ya que, asegura, cuando uno vive esto desde niño, te tira, te gusta. Yo fundé un cuarteto hace ya diez años y con Aguazul intenté hacer algo bonito. La orquesta, dice su cantante, siempre toca en directo y no solo esto, sino que adapta su formación para la realización, por ejemplo, del acompañamiento en procesiones religiosas. Hay gente que ya no hace siquiera las sesiones vermú y les siguen pagando 20.000 euros, se queja Bellón, que añora tiempos en los que las orquestas tenían otra forma de trabajar y otros objetivos, como ofrecer la mejor música y un espectáculo con el que la gente quede contenta. Allá donde vamos es lo único que pretendemos, que la gente quede contenta. Y ellos lo están con su público que, asegura el cantante, nos ha tratado siempre de forma estupenda.
En el otro lado del espectro en la actualidad está otra de las orquestas con raíces en Ferrolterra, Los Players, una formación que ha pasado por numerosas etapas desde que Manolo Pardo, un pianista de Ferrol, la fundara hace ya más de 50 años entre sus componentes estuvo el ex edil José Manuel Couce Fraguela, entre muchos otros. En la actualidad, está en el plantel de la empresa Espectáculos Espín de Monforte cuyo propietario, Alberto Gallardo hijo de otro integrante y representante del grupo, Manuel Gallardo Espín, reinvidica el pasado de una de las orquestas más conocidas en toda Galicia. Tal como están los tiempos estamos siendo afortunados, porque la crisis se nota, pero estamos trabajando bien.
Tradición > Según Gallardo, la fiesta en Galicia goza de buena salud y eso permite a las orquestas, y lo que es más importante, a sus componentes, seguir teniendo trabajo año tras año. Según el empresario es una tradición muy arraigada y que, como algunas otras, nadie discute, se respeta sin cuestionar. Tiene toda la razón. En muchas parroquias de toda la Comunidad, la fiesta, normalmente vinculada a un patrón santo o santa, prácticamente no ha cambiado ni un ápice en décadas misa, procesión, sesión vermú y verbena, dejando aparte cosas como que se pueda llegar a ella en coche tradicionalmente se caminaba o que ahora se cuente con equipos de megafonía.
En cuanto a si ha cambiado hacia el espectáculo, en detrimento de una mejor música, el gusto del público, el empresario de Los Players tiene sus dudas. Según Alberto Gallardo, para que una orquesta triunfe tiene que ofrecer un poco de todo, gusta el espectáculo, pero también el grupo tiene que distinguirse por algo, un detalle que le permita estar por encima de los demás, y añade:Los Players tienen más trabajo que otras orquestas porque aúnan calidad en la música con un repertorio variado y con la elegancia. No esconde, sin embargo, que sí está empezando una ligera revolución en el mundo de estas formaciones, pero muy sutilmente lo comenta diciendo que algunos apuestan por cosas más atrevidas, buscando más la diversión, en referencia a nuevos espectáculos actualmente en la carretera.
Lo cierto es que Los Players no tiene que hacer mucho más para seguir en el candelero que aferrarse a su historia. Así, además de contar con 50 años de carrera ininterrumpida a sus espaldas la formación puede presumir de haber sido internacional actuaron en Suiza, Alemania, Francia o Inglaterra, además de en algunas de las más prestigiosas salas españolas la Passapoga, de Madrid, por ejemplo. Tienen además sus propias grabaciones, realizadas con firmas como Sony o Polidor.